lunes, 26 de abril de 2010
Lara
Lara desconfiaba de los chicos de brazos abiertos como ramas de almendro. Soñaba con miradas etéreas. Besaba almohadas llenas de silencios. Lloraba al regresar a casa tras tardes junto a hombres alegres que le susurraban palabras de amor. Su corazón quería sombras donde descubrir luciérnagas por sorpresa. Caricias accidentales que le hicieran sonreir. Y ella lo aceptaba con dulzura, como si de su sino se tratara, pero siempre con los ojos bien abiertos cuando doblaba cada esquina.
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Me gustan las metáforas que utilizas, son muy expresivas y llenan el texto de sutileza y sensibilidad.
ResponderEliminar"Su corazón quería sombras donde descubrir luciérnagas por sorpresa"
ResponderEliminarQué bella imagen.
Precioso relato ,Elena.
Hermoso Elena, muy sutil. Tu reposo forzado da buenos frutos.
ResponderEliminarMe encanta, lo leeré el domingo en la radio.
ResponderEliminarTe pasaré la grabación si no puedes oirlo.
Gracias Elena.
dulce, entrañable y sincero,con el corazón de alguien que siente cada palabra.
ResponderEliminarMuy bueno!!
Muchas gracias! Me alegra que os haya gustado.
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