sábado, 20 de marzo de 2010

El lado bueno de la levedad

- ... bueno, si estoy callada es porque no sé cómo decirte que en estos días que has estado fuera he estado pensando. Quiero estar sola.
- Tía, de verdad, estás fatal, no puedo creer que otra vez me vengas con lo mismo...

En aquel momento saltó el Play en mi cabeza y empezó a sonar aquella estridente canción.

(hacer clic sobre el link con el botón derecho y "abrir enlace en una pestaña nueva" y tras un minuto de escucha seguir leyendo con la música de fondo)
http://www.youtube.com/watch?v=s0RT8KoqMVw

Él continuaba con su argumento sobre lo erróneo de aquella decisión y lo irrespetuoso de no querer hablarlo en persona, pero yo ya no podía oirle, el volumen de la música y sus alaridos no me dejaban escucharle.
Poco después unos pitidos me espabilaron, había colgado. Entonces pensé que tenía toda la razón, estaba fatal, me estaba saltando las reglas del mundo adulto. Pero una especie de sonrisa reflejada en la vitrina del salón me recordó la inconmesurable alegría que me proporcionaba la levedad de mi ser.