viernes, 4 de junio de 2010

El silencioso adios

La culpa le habló una noche desde la ultratumba del pasado:
- ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo te atreves a soñar con unos ojos nuevos? ¿Acaso olvidas que los dejarías ciegos con la lanza de tus errores?
Ella despertó de golpe. Los ecos de aquella voz todavía resonaban en la habitación. Asintió en silencio, pensando en los cuerpos ya sin rostro a los que había fallado. Cerró los ojos y soltó la mano del fantasma de ese posible amor que dormía a su lado.