El regional se detuvo en una estación concurrida, nada parecía distinto allí, había tránsito, ruido, historias que comenzaban o terminaban en el andén. No deseé apearme y desaparecer en el tumulto de la terminal, aún no. Algo más que el anuncio de la inminente partida del tren me llamaba al viaje.
Cuando abrí los ojos, regresé.
Muy evocador. Como el sueño de un viaje que se desea hacer, o como el recuerdo de un cambio que necesitamos se produzca. Una bella imagen, Begoña
ResponderEliminarAl final siempre regresamos. Pero una vez escrito y compartido, podemos volver y deleitarnos todos.
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