viernes, 16 de julio de 2010

Pauline en la playa

La resignación es cuestión de tiempo, así que ya puedo mirarlas y sonreirme... ¿pero cómo es posible remeter la camisa tan por dentro? Las fotos amarillean, pero ese pantalón era blanco. Lo estrené para ir a cenar la noche del día en que llegaste. ¿Y cómo es posible pasear por la playa con zapatos de tacón alto? No tenías necesidad de llamar su atención. Te echó el ojo desde el primer momento en que te vio en la orilla, y daba igual el vestido, el bañador, o los tacones. El cretino no volvió a mirarte vestida.

¿Y esta otra en el Cuatro Latas?. No he vuelto a tener uno igual, era perfecto para cargar la vela, ¡y cómo hervía después de toda la mañana! Tu prima Pauline subía con el bañador mojado y dejó en la tapicería una marca de salitre que nunca me molesté en quitar.

Me decías que te prestaba demasiada atención. Que debía ponerlo más difícil. Que buscabas la pasión por encima de todo. Y claro, el cretino era un espíritu libre.

Pues eso. Que ya puedo mirarlas y reírme de mi bañador y de tu pelo. Pero, sobre todo, que ya puedo mirarlas, y si te enteraras –solo por eso- ahora despertaría en ti el interés que entonces me negabas.

1 comentario:

  1. Javi, creo que el estilo que usas es el más acertado, directo y sin florituras, al igual que la película. Podría perfectamente insertarse dentro de ella. El detalle de la mancha en la tapicería refuerza el realismo, la cotidianedad. Además mucho mejor ahora que has insertado la palabra "fotografías", yo antes no pillé a qué te referías.

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