domingo, 17 de octubre de 2010

Aparición

Tras el almuerzo y las copas cojo el autobús para ir al centro. Con mirada soñolienta observo las escenas sucederse, imágenes que parecen formar parte de un gran teatro navideño. Los personajes se mueven con rapidez, las luces de colores adornan cada escenario y la alegría aparente lo impregna todo.

Te imagino –nos imagino-, en uno de esos escenarios. Recuerdo cómo te conocí en el momento más inapropiado, tras un velo de alcohol como el que me nubla hoy. Recuerdo cómo te empeñaste en reaparecer en mi vida hasta que no pude entenderla sin tus embestidas por sorpresa, sin nuestras conversaciones interminables, sin tus arranques de ternura. Y luego te desvaneciste, y el mundo se tornó enorme y complicado, y yo me volví minúsculo. Después olvidé, pero hoy te empeñas obstinada en regresar a mis pensamientos. Solo a mis pensamientos. ¿Por qué no regresas por una vez entera, toda tú?

¡Basta de devaneos! Hay que bajarse y emprender la ardua tarea de paje del rey, será más fácil adormecido por la anestesia navideña. Alguien pronuncia mi nombre, ¿me llaman? No, debe de ser a otro. No a mí. Pero esa voz dulce y grave a la vez, esa voz de vino y melocotón la conozco. ¿De dónde sales? ¿Es posible que existan los milagros después de todo? Pero no debí desear. Me coges las manos, me tocas y me colocas al borde del precipicio. Soy una figurita balanceándose hacia delante y hacia atrás, con tanta fuerza me colocaste… Ahora tu dedo se aproxima y tiemblo, ¿qué harás con la figurita, aparecida?

5 comentarios:

  1. Está inspirado por una escena de un libro que acabo de leer y que recomiendo encarecidamente: "La escala de los mapas", de Belén Gopegui. Pienso que es de estas lecturas que provocan opiniones radicales: o te encanta, o no te gusta nada. A mí me fascinó la forma en que está escrito.

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  2. Me gusta lo que evoca (el miedo y el deseo), me gusta las metaforas( su voz de vino y melocoton), me gusta que dejes un final abierto. Felicidades Catherine. Me leere el libro.

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  3. Gracias Rosy. Perdón por la falta de ortografía que se coló (aunque es una palabra que existe así también). La arreglé enseguida en el blog, pero ya os había llegado al correo, snif, snif... ¡Es todo culpa de la informática!

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  4. Me ha encantado este cambio de registro en tu estilo, Catherine.
    Me gusta que todo esté abierto. La escena parece suceder en el curso de un paseo invernal pero se confunde, y entonces quiero ver personajes de un Belén navideño en el relato (es lo que a mi me evoca, al menos). Veo un diálogo (consigo mismo) que quien más quien menos ha tenido, pero con mucho menos fortuna literaria que aquí.

    A ti te imagino en otra escena del Belén, de hilandera, tejiendo una buena historia como esta.

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  5. Uy, qué bonito, gracias! Sí, la idea del Belén está en el relato, aunque no sé bien cómo surgió. Por eso también él aparece al final como una figurita.

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