miércoles, 21 de julio de 2010

VOLAR

Un avión siempre me lleva a otro mundo, no real sino interior. Un viaje en el cielo despierta viejos recuerdos: de infancia, cuando veía las nubes algodón de crema batida en la que se podía nadar o correr encima; de juventud, cuando escapando conocía algo de mí y hacía que los demás se preocuparan; de adulta, refrescando la mente con nuevo aire después de días, meses y años de peligrosa, insidiosa y corroente rutina.
El cielo siempre ha sido un refugio; sólo con mirarlo el hombre se siente aliviado. Con los pies en el barro siempre quedan las estrellas a las que sonreir. Y en el cielo el alma se espande, los miedos se van y los sueños regresan, volando.

2 comentarios:

  1. Me hace sentir como una explosión de sensaciones, de deseos, positivos, pero también de reflexión contenida. Es Inocente, con cierto toque incluso sensual, sugerente...
    Me gusta también, porque es natural, fresco, como si lo hubieses escrito rápido, dejándote llevar...

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  2. Laura, qué bonita esta reflexión. Me encanta.

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