domingo, 27 de junio de 2010

Su fortaleza personal

No admite su miedo pero rechaza la esperanza, rechaza la ilusión para evitar el dolor y el sufrimiento. Y se atrinchera en su refugio, en la oscuridad de su dormitorio, en la bondad de sus sábanas calientes, en el silencio que nunca la hará llorar.

7 comentarios:

  1. Interesante como mirada interior. Cierta represión, no? Represión para uno mismo y lo que pueda hacer o llegar a sentir. No diría que "víctima", desde luego, pero hay un toque de flagelación
    [No admite su miedo pero rechaza la esperanza...]. Entre una cosa y otra no crees que hay más cosas...?

    ResponderEliminar
  2. Bueno, saber que existe ese refugio personal al margen del mundo es un alivio, tu micromundo en el que tú eres el rey. Es una trampa peligrosa acomodarse en él, pero un placer a pequeñas dosis.

    ResponderEliminar
  3. Ciertamente, estoy de acuerdo con eso...

    ResponderEliminar
  4. y sin embargo, ¿atrincherarse no es un gesto defensivo? Encontramos placer en el refugio. Pero, ¿por qué lo buscamos? ¿Qué peligro acecha? (¿no será el dolor? ¿no será que la ilusión asoma pese al rechazo?)

    ...de momento, me estás haciendo pensar

    ResponderEliminar
  5. El dolor es el gran peligro, sí, siempre acecha ahí fuera. Por eso a veces es mejor acallar la ilusión. Como dice Mi hermano carnal, "sé que duele, es la vida, solo la muerte no causa dolor"

    ResponderEliminar
  6. Elena, no sé si has leido La sombra del ciprés es alargada de Delibes (su primera novela), pero tu protagonista me recuerda mucho al de la novela. La única forma de protegerse contra el dolor era la de no ilusionarse con nada, aunque no siempre respetó esta máxima...

    ResponderEliminar
  7. Que va Javier, no he leído nada de Delibes y creo que ya va siendo hora. Me la apunto, me parece interesante el tema.

    ResponderEliminar