martes, 18 de mayo de 2010

Domingos

Como cada domingo, desde ya hace 5 años, Mr. Mills se colocó ansiosamente su cuidado traje de lino color marfil, sus impecables zapatos de charol, que cada sábado lustraba meticulosamente para borrar el paso de los años, y el bastón de madera de ébano que le daba un aire de distinción que él consideraba propio de su clase.
Desayunó frugalmente evitando ver el miserable paisaje del barrio que se observaba por una de las desvencijadas ventanas de su piso. Aunque no era de su gusto tomó el metro, coger el autobús a esa hora no sólo le significaba un largo recorrido, sino la posibilidad de dialogar con sus vecinos del barrio, a los que no tenía nada que decir y con los cuales consideraba no tenía nada en común (personas que, según él, viven al día sin pretensiones de ningún tipo).
Ya en su antiguo barrio caminó por el parque de su infancia con el aire entrecortado por los años y los recuerdos. Se detuvo a observar la siempre hermosa y señorial arquitectura de las casas del lugar y en especial de aquella que alguna vez fue suya. Entró a la iglesia y escuchó la misa con solemnidad, a la salida saludo a todos y se deleitó con discreción del exquisito aroma del perfume de las damas y del buen tabaco de los hombres.
Aceptó la tradicional invitación a la cafetería para dialogar sobre los sucesos de la semana. Mientras conversaba de manera cuidada sobre política, valores y familia, degustaba como era la costumbre, de un buen café y pastelillos de nata. Antes de la hora de la despedida Mr. Mills se sacudió con premeditación su traje de lino para que todos alabaran, como siempre, su exquisito gusto. Cogió luego el fino bastón, se despidió de todos y salió al parque con el pretexto de caminar. Luego de un tiempo, cuando confirmó que todos ya habían regresado a sus señoriales casas, volvió con solemnidad al lugar y tomó el antiguo autobús para emprender el largo regreso al otro lado de la ciudad. Los domingos eran sus días preferidos.

5 comentarios:

  1. Me habia quedado pendiente este relato que empece para el libro pasado, y bueno aqui esta. Besos!

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  2. Muy bonito Rosy, pero me ha dado penita... ¿Identificas a Mr Mills con algún personaje del libro en particular?

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  3. Qué bien escrito Rosy! A mí me ha recordado al cura, no sé por qué, Collins creo que se llamaba.

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  4. La verdad no pense en ningun personaje en especial sino en las ideas que transmitían. Los prejucios y orgullos que nos condenan la vida.

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  5. Vale, así me gusta más todavía. Es que temía que fuera Darcy...

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