miércoles, 14 de abril de 2010

Tortilla de boquerones

Ingredientes
½ kg de boquerones
6 huevos
1 diente de ajo
aceite de oliva virgen
sal
½ gindilla
perejil

Prepara los boquerones en un plato aparte. Te mirarán fijamente, pero no te preocupes, ya no te pueden morder. Luego empieza a decapitarlos uno a uno, y procura, al quitarles la cabeza, que salgan también las espinas y la cola. Así el boquerón queda limpio y sin unos ojos acusadores que te den remordimientos. Termina de dejarlo irreconocible para sus familiares cortándolo en trocitos pequeños.

A continuación, pica media guindilla y un diente de ajo sin miedo, lo de llorar es con la cebolla. Vierte un poquito de aceite en ese plato metálico, negro y con mango, que te regaló tu madre por reyes, y que gracias al microondas y a las pizzas congeladas no has necesitado utilizar hasta el día de hoy. Enciende el fuego y calienta un poco el aceite. Luego echa en él los trocitos de ajo y guindilla. Cuando el ajo esté dorado, incorpora los boquerones y remuévelos con esa cuchara grande de madera que lleva sin salir del cajón de la cocina desde ni se sabe, pidiendo una oportunidad. Luego coge seis huevos y, uno a uno, ábrelos por la mitad haciéndolos romper en el borde de un recipiente, como habrás visto en alguna película o en alguna serie. Procura sacar con cuidado los trozos de cáscara que irremisiblemente se te caerán dentro. Échales una pizca de sal y unas ramitas de perejil picado. Luego añade los boquerones a los huevos, mezcla todo con cariño, y ponlo nuevamente al fuego.

Ya casi está hecha, pero todavía no puedes levantar los brazos como si hubiese metido un gol la selección, ni llamar por teléfono a todo el mundo diciendo que has hecho una tortilla de boquerones. Queda un paso importante. Debe de hacerse por los dos lados, por lo que no hay más remedio que darle la vuelta de vez en cuando, para que no se seque. Cuando tenga la apariencia que suelen tener las tortillas de boquerones (eso si lo sabrás porque habrás comido alguna), sácala del fuego y prepárala en un plato grande para que vista más. Remata la faena añadiendo un poco de perejil por encima. Que parezca que sabes.

¡A quien se le ocurre invitar a los amigos a casa diciendo que te gusta cocinar!

3 comentarios:

  1. Es una receta real. De verdad. No es broma. Se puede comer.

    ResponderEliminar
  2. Hasta con recetas y todo!!! no me lo creo. Veremos si alguien la hace y nos cuenta si era sólo palabras o no.

    ResponderEliminar
  3. Pero ¿cómo se da la vuelta? Se la dará ella sola, ¿no?

    ResponderEliminar