jueves, 8 de abril de 2010

Anduve buscando.

Anduve buscando el lugar donde encontrarme,entre curvas y humedades
respirando confundido nunca di por terminado el camino elegido.
Cuántas veces el destello de la luna o un estanque, que más da!,
cuántas veces me ha seducido.
Y creyendo encontrar descanso, ay! Pobre de mi, he terminado envilecido.
Y no culpo a la pureza, pues bien se que fue cierta, más o menos intensa,
pero siempre atenta.
No culpo al agua ni al cristal.
Culpo al reflejo, es lo que más miedo me da.
En el vidrio irisado de ojos tan enamorados he acertado a verme desnudo,
sin piel, agazapado.
Que horror!, que espanto! Ya me han desenmascarado.
Es entonces cuando la ira y la locura se presentan, a codazos apartan la conciencia
y la lengua viperina libre se expresa.
Dulce ahogo las lágrimas del desconsuelo que poco a poco horadan el corazón lozano que en ese momento tenga entre mis manos.
Aniquilo la presencia, con risa falsa y docta exigencia.
Para después, camino al cadalso, mil absurdas razones poder ir balbuceando.
Esta visión, este esperpento, se torna realidad, lo llevo muy adentro.
Es por eso que al reflejarme en limpias pupilas la tragedia renace,
me persigue y atosiga.

3 comentarios:

  1. Huy, hace mucho que no leía poesía de este estilo, me recuerda a Bequer, me convocan sensaciones del presente, pero transportadas por hombres antiguos.

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  2. Muy muy bonita, me he sentido identificada con determinados momentos o relaciones, siempre me ha gustado cuando puedo hacer mío lo que leo.

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  3. Gracias!! me alegra un montón que os guste.

    Un abrazo.

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